viernes, 11 de junio de 2010

DESCUBRIMIENTO ASQUEROSITO

Hace un par de días terminé el libro "Diez teorías que conmovieron al mundo", del insoportable Leonardo Moledo y Esteban Magnani. Ahí me enteré cómo se descubrió esa parte tan importante de las células que se llama ADN. Según cuentan los autores, en 1869 el químico suizo Johann Friedrich Miescher empezó a analizar en Alemania la secreción que se juntaba en los vendajes de los heridos de la guerra de Crimea. Este científico encontró en el interior del núcleo de los glóbulos blancos una sustancia que contenía fósforo y nitrógeno, a la que llamó nucleína. Una década más tarde se comprobó que esta sustancia tenía propiedades ácidas, razón por la cual se la renombró como ácidos nucleicos. Uno de ellos contenía "azúcar ribosa" y el otro "azúcar desoxirribosa". Por eso se llamaron ácido ribonucleico (ARN) y ácido desoxirribonucleico (ADN). De todos modos, nadie volvió a prestarles atención a estas sustancias hasta 1944, año en que Oswald Avery (¿tendrá algo que ver con las etiquetas?) descubrió para su sorpresa que en las moléculas de ARN y ADN era donde se alojaba la información para que las células puedan transportar la información hereditaria y reproducirse.

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