sábado, 24 de octubre de 2009

A la cola

Pocas cosas son capaces de generarme más ira que esos hijos de puta que, en los lugares donde llaman por número, te hacen ilusionar con que se fueron pero no se fueron nada. Ponte que tu tienes el número 28. Llaman al 26... nada. Entonces pasan al 27, se presenta el tipo y lo empiezan a atender. Tu sabes que ahora te toca. Pero cuando dicen "28" salta alguien (que casi siempre es una vieja) diciendo: "¿pero cómo 28?, si yo tengo el 26, no llamaron al 26" (así con voz de mamá Cora). Qué estabas haciendo vieja becerra cuando te llamaroooonnn!!!!! Seguro estabas tejiendo una bufanda pedorra o chismeando con otra vieja. El reglamento debería determinar claramente que en esos casos la persona que no respondió al llamado original debe volver a sacar número. Van a ver cómo aprenden así.

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